Tratamiento para el TOC: La exposición con prevención de respuesta
En el inicio, el tratamiento para el TOC se basaba en técnicas conductuales tales como la detección y parada del pensamiento, la intención paradójica o la saciación, pero eventualmente se comprobó que estas propuestas no solo no eran efectivas para la reducción o eliminación de los síntomas, sino que podían llegar a ser incluso contraproducentes. De esta manera, con el objetivo de mejorar el tratamiento y aportar técnicas eficaces, desde la corriente conductista se empezó a trabajar en la “Exposición con Prevención de Respuesta”, siendo considerada hasta la fecha un elemento central en el abordaje del TOC.
Esta técnica consiste en que la persona se enfrente sus pensamientos obsesivos, “provocándolos” voluntariamente, de manera que pueda experimentar la ansiedad que le generan dichos pensamientos intrusivos. La clave de está en que al evocar sus obsesiones la persona no debe realizar ningún tipo de ritual o compulsión, y es aquí donde radica el reto.
Lo que se persigue con esta técnica es romper el círculo vicioso que se da entre los pensamientos intrusivos, la ansiedad y las conductas compulsivas, de manera que la persona pueda afrontar las situaciones o estímulos internos temidos sin retroalimentarlos. Esto es posible gracias a la habituación de la ansiedad y a la comprobación (adaptativa) de que las predicciones catastrofistas son erróneas.
Otro de los aspectos relevantes sobre esta técnica, es que para que sea efectiva es necesario que se realice de forma repetida y prolongada. Se recomienda que los ejercicios de exposición tengan una duración de unos 45 minutos como mínimo, esto es para que la persona pueda experimentar toda la curva de la ansiedad con éxito, es decir, que perciba como la ansiedad empieza a subir hasta alcanzar su punto máximo y después empieza a descender por sí sola, sin necesidad de realizar ningún ritual. En cuanto a la frecuencia, aunque puede variar en función del caso y la gravedad los síntomas, así como de las circunstancias vitales de la persona, puede realizarse diariamente durante varias semanas o si se busca un tratamiento menos intensivo, puede realizarse una o dos veces por semana.
Por último, pero no por ello menos importante, es preciso mencionar que la exposición a los estímulos temidos, siempre ha de hacerse de forma gradual, de menor a mayor ansiedad provocada, ya que esto permitirá a la persona ir ganando la confianza necesaria para seguir afrontando sus obsesiones sin realizar los rituales. La jerarquización de las tereas de exposición es un trabajo muy importante que debe hacerse entre el terapeuta y la persona, esto es indispensable para éxito del tratamiento.
Cada tarea o “ítem” de la jerarquía se mide en USAs (unidades subjetivas de ansiedad) de esta manera se establece un parámetro de medición en el que tanto terapeuta como paciente puedan entenderse y valorar de forma similar los estímulos temidos. La respuesta de ansiedad es algo subjetivo y únicamente experimentada por la persona que la siente, de ahí la necesidad de emplear una medición objetiva de los ítems, para evitar posibles errores o situaciones que la persona aún no está preparada para afrontar.
Si bien la exposición con prevención de respuesta ha demostrado ampliamente su eficacia, por sí sola no garantiza el éxito del tratamiento, motivo por el cual en las últimas décadas se ha trabajado en la combinación de la EPR junto con otro tipo de técnicas consiguiendo con maximizar la eficacia del tratamiento psicológico en este tipo de trastornos.
La terapia sexual en el tratamiento de la disfunción sexual.
La terapia sexual es un tipo de psicoterapia para el tratamiento de la disfunción sexual. Con la terapia sexual, se pueden atender problemas relacionados con la función sexual, sentimientos sexuales y de intimidad — ya sea en terapia individual o en pareja. Muchas parejas tienen o han tenido en el curso de su vida de pareja una dificultad de orden sexual. Si usted está sufriendo alguna dificultad en su relación y le gustaría retomar su vida sexual y vivir su sexualidad satisfactoriamente, nosotros podemos ayudarle.
Importancia de la terapia sexual o sexología clínica
La sexualidad es un elemento importante en la vida de una pareja. Debido a las dificultades usuales de la vida en pareja, un gran porcentaje de las parejas atraviesan periodos en los que no logran encontrar el tiempo o la energía para una vida sexual regular y plena. Las estadísticas muestran que más de un 50% de las parejas tienen o han tenido en el curso de su vida en pareja una dificultad de orden sexual. En las mujeres, es común sobre todo la dificultad de lograr un orgasmo y el vaginismo. En los hombres, aparecen principalmente las dificultades de eyaculación y de erección. En ambos, es frecuente una disminución o pérdida de apetito sexual. Si se ha presentado alguna dificultad en su relación y le gustaría retomar una vida sexual satisfactoria, nosotros podemos ayudarle.
¿Qué es la terapia sexual?
La terapia sexual (o sexología clínica) es un tipo de psicoterapia para el tratamiento de la disfunción sexual. Con la terapia sexual, se pueden atender problemas relacionados con la función sexual, sentimientos sexuales y de intimidad — ya sea en terapia individual o en pareja.
Las disfunciones sexuales que pueden ser atendidas por un sexólogo con terapia sexual incluyen eyaculación precoz, disfunción eréctil, libido disminuida, adicción sexual, falta de confianza sexual.
También puede asistir a personas que se recuperan de un asalto sexual, problemas relacionados con el estrés, cansancio y otros factores del ambiente y de las relaciones. La terapia sexual puede ser efectiva para adultos de cualquier edad, sexo y orientación sexual. Los terapeutas sexuales o sexólogos ayudan a las personas que experimentan problema en superar estos problemas, favoreciendo la posibilidad de retomar una vida sexual activa.
Causas de las dificultades sexuales
Las dificultades sexuales generalmente son un resultado de experiencias traumáticas o sentimientos negativos que impiden a la persona ser capaz de vivir una vida sexual íntima satisfactoria. Además, la información que recibimos, por parte de la educación de los padres, en la escuela, los medios, la religión, muchas veces juega un papel importante en la medida que adquiere la forma de prejuicios o ideas inadecuadas e interfiere en el desarrollo sano la vida sexual.
Los problemas sexuales pueden ser resultado también de otros problemas mentales, como la depresión, la ansiedad e incluso el estrés, y puede ser derivado de condiciones físicas, como problemas urinarios, desequilibrio hormonal que resultan de la manopausia o alumbramiento.
¿Cuando acudir a terapia sexual?
Los problemas sexuales no son inusuales. Se estima que alrededor de 30% y 45% de los adultos sufren de alguna dificultad de orden sexual, dependiente del género y la edad. Si usted sufre de alguna de las dificultades sexuales anteriores, le sugerimos consultar a un especialista que le ayudará no solo a deshacerse de creencias, actitudes o conductas perjudiciales para su sexualidad, sino sobretodo a aprender los conocimientos, actitudes y conductas útiles y favorables al desarrollo sexual y el de su pareja.
Objetivos de la terapia sexual
El sexólogo o terapeuta sexual buscará mediante la terapia ayudarle a resolver muchas dificultades sexuales, desde la preocupación sobre el funcionamiento sexual a las maneras y dinámicas para relacionarte con su pareja. A través de la terapia sexual, podrá aprender a expresar sus preocupaciones claramente, entender mejor sus propias necesidades sexuales y comprender también las necesidades de su pareja sexual. El objetivo de la sexología clínica es dar lugar a la capacidad en las personas de vivir de manera satisfactoria su sexualidad en compañía de su pareja.
Cómo se trabaja en terapia sexual
Hablar de la intimidad y la vida sexual no es fácil y puede resultar incómodo. Recuerde que los sexólogos o psicólogos clínicos certificados tienen experiencia en generar un espacio de tranquilidad y confianza, y tienen capacidad para identificar y explorar las inquietudes de orden sexual. En la primera sesión, el sexólogo le pedirá que describa sus preocupaciones sexuales. Los asuntos sexuales pueden ser complejos, el terapeuta insistirá en obtener información para tener una idea clara de los factores involucrados en la problemática. Una vez que se adquiera comprensión de la situación, se discutirán las maneras de resolver las dificultades de modo que pueda mejorarse la comunicación y la vida íntima y sexual.
El terapeuta sexual suele trabajar mediante ejercicios en casa, que pueden ser individuales y, en caso de tener vida sexual activa, en conjunto con la pareja. Las tareas que se asignan pueden ser :
❖ ejercicios de comunicación con tu pareja
❖ pausar y llevar más lento el acto sexual, para poder observar lo que se está sintiendo
❖ cambiar ciertas dinámicas con las que se interactúa la pareja durante el acto sexual
❖ leer o ver videos educacionales acerca de técnicas sexuales
Motivos frecuentes de consulta de terapia sexual:
❖ Ansiedad respecto al sexo
❖ Impotencia
❖ Eyaculación precoz
❖ Disminución o pérdida de deseo sexual (libido)
❖ Ansiedad o incertidumbre acerca de la orientación sexual
❖ Abuso sexual
❖ Vaginismo
❖ Autoestima respecto a la imagen del cuerpo
❖ Impulsos o compulsiones sexuales
❖ Adicción al sexo
❖ Promiscuidad
¿Qué otros trastornos sexuales pueden tratar los sexólogos?
• Deseo sexual hipoactivo (asexualidad)
• Trastorno de aversión sexual (elusión o falta de deseo de intercambio sexual)
• Trastorno de excitación sexual femenina (fallo de la normal respuesta de excitación sexual: lubricación)
• Disfunción eréctil masculina
• Trastorno del orgasmo femenino (anorgasmia)
• Trastorno del orgasmo masculino (anorgasmia)
• Dispareunia
• Parafilias
• Trastorno de identidad de género
• Trastorno de estrés postraumático debido a mutilación genital o abusos infantiles
• Insatisfacción sexual (no específica)
• Deseo sexual inhibido o frigidez
• Anorgasmia
• Enfermedades de transmisión sexual
• Infidelidad
• Retardo o ausencia de eyaculación tras un estimulación adecuada
• Incapacidad para controlar el momento de la eyaculación
• Incapacidad para relajar los músculos de la pared vaginal lo suficiente para permitir el coito
• Lubricación vaginal inadecuada antes y durante el coito sexual
• Dolor en la vulva o la vagina durante el contacto sexual
• Infelicidad o confusión respecto a la orientación sexual
• Las personas transexuales o transgénero pueden tener problemas sexuales (antes o después de la cirugía), aunque la condición transexual o transgénero no sea un problema sexual en sí mismo.
• Síndrome de excitación sexual persistente
• Hipersexualidad
• Ablación de clítoris
• Circuncisión
La terapia sexual es realizada por psicólogos o psicoterapeutas que tienen entrenamiento especial en asuntos relacionados con la sexualidad y las relaciones. Esta credencial permite llamarles sexólogos. Los sexólogos y sexólogas certificados no tienen relaciones sexuales con sus pacientes, ni se relacionan mediante ningún contacto físico.
La terapia sexual es usualmente terapia breve, con un número limitado a 12 o 15 sesiones. El plan de tratamiento depende de las inquietudes y los motivos de consulta del paciente.
Parafilia es el nombre que aporta la sexología del siglo XX a lo que antiguamente se denominaban perversión o desviación sexual.
El enfoque humanístico y globalizador entiende que la conducta sexual humana está llena de variaciones y connotaciones personales altamente respetables, pero que pueden llegar a convertirse en un problema cuando atentan contra la libertad de las personas y son vividas con angustia originando problemas y creando alteraciones en la vida familiar, laboral y social, especialmente por su carácter compulsivo.
Así, se puede definir las parafilias como todo estado en el que la excitación y gratificación sexual de la persona depende exclusivamente de la fantasía recurrente o realización de un acto especial e insólito que se convierte en el foco principal de la conducta sexual.
Se da con mucha más frecuencia en varones que en mujeres y suele tener su comienzo en la infancia y pubertad aunque se manifieste más tardíamente.
Algunas parafilias pueden aparecer en momentos específicos de la vida de una persona cuando ésta se encuentra sometida a situaciones especiales o momentos de gran estrés.
Hay que diferenciar una parafilia de la curiosidad y experimentación de determinadas conductas sexuales. La persona que realmente sufre una parafilia se ve asaltada constantemente por la necesidad de satisfacer su deseo sexual, incluso aunque esto interfiera en su vida diaria, despreocupándose en muchos casos de otras responsabilidades.
Por ejemplo, no es lo mismo tomarse una copa de vez en cuando, porque apetece y en un contexto determinado, que depender del consumo del alcohol y no poder dejar de pensar en ello, destinando todos sus recursos para conseguirlo y sentirse frustrados/as y ansiosos/as si no lo consiguen.
Hay muchas conductas sexuales que pueden llegar a convertirse en parafilias, nombraremos las más comunes, no por más practicadas sino por más conocidas y estudiadas.
Existen diversas parafilias entre las cuales se mencionan:
Acrotomofilia: La excitación depende de que la pareja tenga alguna amputación, ya sea un brazo, una pierna o un dedo. (más…)