Tratamiento de:
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA (TAG)
Se caracteriza por un patrón de preocupación y ansiedad frecuente y persistente respecto de una variedad de eventos o actividades. Los síntomas deben extenderse al menos por 6 meses para poder efectuar el diagnóstico. Los síntomas psicológicos son: preocupación crónica y exagerada, agitación, tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa alguna, o más intensas de lo que sería razonable en esa situación en particular. La gente que la padece también puede tener problemas de concentración y dificultades para conciliar el sueño (siendo el primero que se afecta en cualquier trastorno), con frecuencia suelen aparecer signos físicos, como temblores, dolor de cabeza, mareos, agitación, tensión muscular, dolores o molestias, molestias abdominales y sudoración.
TRASTORNO DE PÁNICO: CRISIS DE PÁNICO
Las crisis de pánico son episodios que, en un primer momento, son inesperados y no se asocian a ninguna situación concreta. En ellos aparece de forma temporal y aislada miedo o malestar intenso acompañado de cuatro o más de los siguientes síntomas, que se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión en los diez primeros minutos (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DMS-IV-TR, 2002)):
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
- Escalofríos o sofocaciones.
La vivencia de una crisis de pánico es un hecho altamente desagradable. Por ello, a muchos pacientes les aterra el hecho de que la crisis vuelva a aparecer afirmando que sufren “miedo al miedo”. Esta circunstancia define al trastorno de ansiedad.
Todos estos síntomas, la mayoría de carácter somático, no deben obedecer a otras enfermedades, por tanto, deben quedar excluidas patologías cardíacas que justifiquen el dolor torácico y las palpitaciones, procesos digestivos que provoquen náuseas y vómitos, etcétera.
AGORAFOBIA
La persona agorafóbica comienza a experimentar la ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones dónde ‘escapar’ puede resultar difícil, complicado y embarazoso o dónde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con una situación (o bien síntomas similares a la angustia) puede no disponer de la ayuda o apoyo que considera imprescindible. Los temores clásicos de la agorafobia suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones y escenarios muy típicos, entre los que se incluyen estar sólo fuera de casa, las multitudes o la posibilidad de tener que viajar en algún medio de transporte específico. La persona agorafóbica tenderá a evitar (intensamente) este tipo de situaciones por temor a que aparezca una crisis de angustia (o síntomas similares a la angustia) o necesitará (para poder afrontarlas con éxito) la ayuda indispensable de una persona de confianza que esté presente en esas situaciones concretas.
FOBIA ESPECÍFICA
La manifestación de la respuesta de ansiedad aparece exclusivamente en presencia (o como anticipación) de un objeto o situación muy específicos (p.ej. terror a volar en avión, presencia de ciertos animales o miedo a las alturas). La persona, a pesar de de reconocer que se trata de un miedo irracional, desproporcionado o injustificado, se muestra incapaz de controlarlo o llegar a dominarlo. Las situaciones u objetos fóbicos tienden a evitarse o a soportarse a costa de experimentar un intenso malestar, tanto físico como emocional. Los comportamientos de evitación, anticipación ansiosa o el malestar experimentado cuando se ven obligados e exponerse al objeto o situación fóbica, interfieren negativamente con las actividades habituales de la persona, tanto a nivel personal como laboral o le generan un malestar significativo.
FOBIA SOCIAL
La Fobia Social se caracteriza por un miedo y temor acusado, intenso, persistente y desproporcionado a la exposición a situaciones sociales y/o actuaciones en público o a la posible evaluación por parte de terceros. La exposición a este tipo de situaciones sociales genera, casi de forma invariable, una respuesta de ansiedad y que puede, en ocasiones, tomar la forma de una crisis de angustia. La persona reconoce que se trata de un miedo excesivo, irracional o desproporcionado pero se muestra incapaz de dominarlo y tiende a evitar este tipo de situaciones sociales, lo que interfiere de una forma muy significativa en su vida personal, familiar, social y laboral además de producir un intenso malestar en aquellas ocasiones en que, inevitablemente, debe afrontar este tipo de situaciones.
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC).
Es la presencia frecuente, intensa y recurrente de ideas indeseadas (obsesiones) y de conductas repetitivas (compulsiones) que se hacen con la intención de aliviar la ansiedad producida en el sujeto por las propias ideas obsesivas. Las ideas obsesivas van más allá de las simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. A pesar de que la persona se muestra capaz de reconocer su irracionalidad e intenta suprimirlos, ignorarlos, neutralizarlos o reducir su intensidad se muestra incapaz de controlar el malestar y la ansiedad que le generan. Las compulsiones pueden ser definidas como aquellos comportamientos (p.ej. ordenar objetos, realizar incontables comprobaciones o lavarse las manos incansablemente) o actos mentales (p.ej.contar, rezar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas o pautas de actuación que ‘debe’ seguir estrictamente. El objetivo original de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos ocurrido previamente.
TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT).
El trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ANSIEDAD, que sobreviene como consecuencia de la exposición a un evento traumático que involucra un daño físico. Es una severa reacción emocional a un trauma psicológico extremo. El factor estresante puede involucrar la muerte de alguien, alguna amenaza a la vida de la persona o de alguien más, un grave daño físico, o algún otro tipo de amenaza a la integridad física o psicológica, a un grado tal, que las defensas mentales de la persona no pueden asimilarlo. En algunos casos, puede darse también debido a un profundo trauma psicológico o emocional y no necesariamente algún daño físico; aunque generalmente involucra ambos factores combinados.
HIPOCONDRÍA
La hipocondría es “una afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud”, nos dice el diccionario. Pero la característica esencial del trastorno hipocondríaco es “la preocupación persistente de la posibilidad de tener una o mas enfermedades somáticas graves y progresivas, puesta de manifiesto por la presencia de quejas somáticas persistentes o por preocupaciones persistentes sobre el aspecto físico”, se lee en el informe CIE-10 trastornos mentales y del comportamiento de la Organización Mundial de la salud. Según este documento, “con frecuencia el enfermo valora sensaciones y fenómenos normales o frecuentes como excepcionales y molestos, centrando su atención, casi siempre solo sobre uno o dos órganos o sistemas del cuerpo.”
La hipocondría es una clase de trastorno somatomorfo en el cual se presentan reiteradamente “síntomas somáticos acompañados de demandas persistentes de exploraciones clínicas, a pesar de repetidos resultados negativos…y de que los síntomas no tienen una justificación somática” refiere el CIE-10.
El hipocondríaco generalmente “rechaza los conceptos médicos y vive cambiando de especialistas, hasta cuando se descubre que se trata de una enfermedad somática. luego viene la remisión al psiquiatra, la cual es rehusada o difícilmente aceptada.
Cuándo se presenta:
La prevalencia de la hipocondría es desconocida y afecta por igual a hombres y mujeres. Se presenta en el 2 por ciento de la población en general y entre el 4 y el 10 por ciento de los paciente de medicina general. No hay diferencia en la edad en que se inicia, pero es mas frecuente después de los treinta.
La incapacidad que puede ocasionar es variable, pues “mientras unos enfermos manipulan a su familia ya su entorno social a través de sus síntomas, una minoría mantiene un comportamiento social normal”.
Tratamiento:
En el tratamiento de la hipocondría se emplea principalmente psicoterapia, para el reconocimiento del problema, manejo de la ansiedad, reeducacion del paciente con el fin de que no acuda a otros médicos, no hable de enfermedades ni lea libros o revistas medicas, entre otros. Existe también “tratamiento farmacológico, que lo debe prescribir un medico psiquiatra y se basa principalmente en ansiolíticos y antidepresivos, ya que casi siempre esta enfermedad esta asociada con depresión”.
DEPRESIÓN.
Habitualmente cuando nos sentimos bajos de ánimo decimos que “tenemos la depre”, como acepción común o popular del término clínico depresión. Pero la depresión no es ése estado de sentirnos con el ánimo bajo o con sensación de decaimiento que experimentamos en determinados momentos: es algo más. Estar triste y apático, verlo todo de color negro (a través de pensamientos negativos), no poder dormir (o dormir en exceso) o perder peso son algunos de los estados añadidos que pueden indicarnos una depresión real.
La tristeza, y con ella la apatía o el desánimo, es el síntoma más visible de la depresión, pero no es el único. Las personas con depresión suelen tener también alteraciones del pensamiento, de forma que valoran negativamente sus capacidades o su grado de responsabilidad en los acontecimientos y lo ven todo (su futuro, sus relaciones personales….) de color negro. Esta es una razón por la quemuchos depresivos adoptan una conducta autodestructiva (con un grado muy bajo de autoestima), incluso generando pensamientos de suicidio o en casos de depresión severa llegando a suicidarse.
Por otro lado, la depresión origina, además ansiedad y muchas veces, alteraciones en el funcionamiento del organismo: se pierde sueño y peso o, por el contrario y en menor medida, se duerme demasiado o se engorda; se produce una continua sensación de cansancio; son frecuentes los dolores de espalda o de estómago; y se pierde también el interés sexual y la capacidad para adaptarse a las situaciones de estrés. Además, la depresión afecta al sistema inmunológico, con lo que hay una mayor predisposición a contraer determinadas enfermedades.
¿De dónde proviene la depresión? Según los expertos, no se puede hablar de una causa, sino de muchas. En principio, la depresión significa que algo funciona mal en el cerebro, es decir, que hay un problema en los mecanismos de neurotransmisión cerebral, en la conexión de unas neuronas con otras. Esto provoca la disminución de catecolaminas y serotoninas (neurotransmisores), sustancias que segregan las neuronas y que intervienen, entre otras cosas, en la adaptación de la persona al estrés y en la regulación de los estados afectivos. Pero la depresión puede provenir también de factores estresantes que perduran en el tiempo (problemas familiares, en el trabajo, una enfermedad crónica….) e incluso experiencias de tipo traumático que no se han superado (la muerte inesperada de un hijo…..por ejemplo) y que afectan de forma recurrente al normal funcionamiento y adaptación de la persona a su vida y sus circunstancias.