Síntomas, diagnóstico y tratamiento del TDAH por psicólogos valencia.

Síntomas del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Los pacientes por TDHA manifiestan muchos síntomas, entre ellos los siguientes:

  • Dificultades motrices, por ejemplo los niños pequeños suelen tener problemas para comer con cubiertos o para aprender a escribir en la escuela
  • Falta de concentración
  • Fácil capacidad de distracción
  • Falta de memoria
  • Reacciones lentas
  • Fuerte impulsividad, ataques de rabia, por ejemplo

Normalmente, los síntomas del TDAH se manifiestan ya tempranamente, por lo general antes de los seis años. En el caso de los lactantes, los síntomas del TDAH se manifiestan en problemas para dormir, intranquilidad y dificultad para ingerir y digerir el alimento. Además, suelen gritar a menudo y estar inquietos y excitados. Algunos lactantes ya muestran retrasos en el crecimiento, que puede manifestarse en un aprendizaje tardío a la hora de caminar o hablar.

Los niños pequeños con TDHA suelen ser hiperactivos e imprevisibles en el trato, es decir, en su comportamiento; le resulta difícil hacer amistades. Algunos tienen fuertes ataques de rabia. En cuanto a la motricidad, suelen estar más atrasados que sus compañeros de edad y a veces tienen más dificultades con cosas como aprender a comer con cubiertos, por ejemplo. En la guardería los síntomas del TDAH suelen empeorar, ya que están sometidos a más estímulos.

En la edad escolar primaria, el trastorno atencional es muy evidente: los niños con TDAH suelen tener menos capacidad de retentiva, muestran legastenia, también con la aritmética, interrumpen la clase, están desequilibrados, son patosos y además agresivos. Como son imprevisibles, los demás niños suelen evitarlos. Los niños con TDAH suelen sufrir mucho con ello y a veces tienen una baja autoestima.

Trastornos TDAH adolescentes psicologos valencia

Cuando comienza la pubertad, se pueden volver obstinados, miedosos, depresivos o agresivos. A esta edad su ya baja autoestima termina frustrándoles. Algunos buscan refugio en el alcohol y otras drogas. También llaman la atención con un comportamiento arriesgado, por ejemplo, conducen tan temerariamente que suelen estar implicados en accidentes de coches.

En edad adulta los problemas ya presentes durante la infancia y juventud continúan. Los adultos con TDAH suelen carecer de certificado escolar y de formación profesional. También tienen problemas a la hora de mantener una relación sentimental durable. Siguen sin saber atenerse a las reglas y son propensos a saltarse las normas de circulación, por ejemplo. Otro síntoma en los adultos es que continúan mostrando problemas de atención y concentración.

Pero las personas con TDAH también tienen muchas características positivas: son muy creativos, inteligentes y están llenos de ideas. Además están siempre dispuestos a entusiasmarse y disponen de un acusado sentido de la justicia.

Diagnóstico del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

El médico o bien el psicólogo puede establecer el diagnóstico del TDAH sobre todo con la historia vital del niño, joven o adulto afectado. Aquí, el facultativo presta atención a determinadas señales, por ejemplo observando lo fácilmente que el niño puede distraerse, lo que indica un problema de concentración y de atención. Otros criterios importantes para el diagnóstico son la hiperactividad y la impulsividad. Sin embargo, el médico solo determinará un diagnóstico de TDAH si los síntomas son muy marcados y si se llevan produciendo durante largo tiempo (al menos seis meses). El testimonio de personas de confianza relevantes, como los padres, es de ayuda para aclararlo.

  • La situación familiar
  • El comportamiento social y de rendimiento
  • Las enfermedades familiares
  • Las complicaciones durante el embarazo, etc.

Las pruebas psicológicas han demostrado ser muy positivas para establecer un diagnóstico de TDAH seguro (por ejemplo, las pruebas de atención y los cuestionarios de cociente intelectual).

Además de la exploración física, el médico realizará otra neurológica para establecer las anomalías del afectado, ya que existen determinadas enfermedades neurológicas y psicológicas con un cuadro clínico similar: así es posible descartar que se trate de un problema de legastenia, epilepsia, manía persecutoria, de medicamentos o drogas, de tics nerviosos, psicosis o autismo.

Tratamiento del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Ningún TDAH (trastorno atencional) debe tratarse igual ni todos requieren un tratamiento. Lo importante es tratar el tema en profundidad con médicos, pediatras y psicólogos y asesorarse sobre la gravedad y el alcance del trastorno. Se comenzará un tratamiento a más tardar cuando el TDAH haya dado paso a trastornos psíquicos y sociales acusados. Tampoco existe un momento exacto para comenzar el tratamiento, ya que depende siempre de los síntomas individuales.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

El objetivo de un tratamiento del TDAH es controlar síntomas tales como el déficit de atención, la hiperactividad e impulsividad del afectado. El tratamiento debe servir para que el paciente pueda integrarse socialmente, terminar su educación conforma a sus inclinaciones y aptitudes, así como construir una autoestima estable, y al contrario, debe servir para evitar que los niños y jóvenes con TDAH fracasen en la escuela o se conviertan en marginados sociales. Sin embargo, para un trastorno del metabolismo del cerebro no hay cura posible.

Existen diversas posibilidades para tratar en TDAH. El tratamiento multimodal del TDAH es el más recomendable. Consiste en una combinación equilibrada e individualizada de la explicación de la enfermedad y de las estrategias para superarla, más un a terapia conductual y un tratamiento con medicamentos. Algunos ejemplos son:

  • Explicar qué es el TDAH y asesorar al paciente, su familia y educadores (profesores).
  • Un entrenamiento para los padres.
  • Una terapia conductual, que le enseñará nuevas estrategias de comportamiento y estructuras, así como la fijación de límites claros.
  • Una psicoterapia, sobre todo en el caso de sintomatías acompañantes como trastornos del miedo, dependencias o depresión.
  • Medicamentos.
  • Adicionalmente, actividades deportivas regulares en grupo (equitación, escalada, judo o similares).

El denominado entrenamiento de combinación ha demostrado ser un tratamiento del TDAH muy prometedor. Consiste en implicar en igual medida al niño afectado, los padres y profesores en las actividades. Así aprenden, sobre todo, a mantener una jornada diaria regular y fiable.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Tratamiento con medicamentos.

Una parte importante del tratamiento multimodal del TDAH son los medicamentos que recetará el médico en casos graves. Sirven para inhibir la hiperactividad del niño afectado, volviéndole más atento, con lo que también aumenta su motivación para que rinda. Además ayuda a que los niños y jóvenes sepan controlarse a sí mismos más fácilmente. El objetivo del tratamiento con medicamentos del TDAH es evitar la marginación social y posibilitar los demás tratamientos (logopedia o ergoterapia, por ejemplo).

Los psicoestimulantes suelen aplicarse en muchos casos: el metilfenidato y la DL-anfetamina tienen efecto a nivel de las sinapsis, es decir, los extremos nerviosos sobre los que se transmiten las señales al cerebro. Las sustancias amplían ahí la duración del efecto de neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina con lo que restablecen el equilibrio perdido por culpa del TDAH. El 85% de los pacientes por TDAH responden al tratamiento con estos psicoestimulantes.

Como alternativa a este grupo de sustancias, el médico también puede recetar los denominados inhibidores selectivos de recaptación de noradrenalina (IRSN), como la atomoxetina, para tratar un TDAH. Estos excipientes influyen directamente sobre el neurotransmisor noradrenalina: inhiben la recaptación de noradrenalina por parte de las células, de manera que la concentración del neurotransmisor entre los extremos nerviosos (la grieta sináptica) aumenta.

Los posibles efectos secundarios de los estimulantes son, por ejemplo: falta de apetito, trastornos del sueño, ataques de llanto, dolores de cabeza o dolores de estómago. El efecto con metilfenidato es más rápido que con la anfetamina y según sea su forma de administración (las denominadas cápsulas de retardo que van suministrando la sustancia poco a poco) son más efectivas.

Terapia conductual por psicólogos

Un papel importante en el tratamiento del TDAH es la terapia conductual, una parte componente de la psicoterapia. En ella, los afectados por un TDAH aprenden a controlarse mejor a sí mismos y a comportarse “correctamente”.

Además, la terapia conductual le enseña cómo llevar los síntomas en el día a día. La meta es sobrellevar el trastorno atencional en la rutina diaria lo mejor posible y permitir al afectado tener una vida normalizada.

Otra parte fundamental de la terapia conductual pueden ser los procedimientos psicoterapéuticos que sirven para mejorar las habilidades motrices. Por lo general, la terapia conductual se realiza de forma ambulatoria y dura varios meses.

La terapia conductual hace que los pacientes con TDAH lleven mejor esta enfermedad. En la mayoría de los casos sigue siendo necesario aplicar otros tratamientos adicionales.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Evolución y prevención.

El TDAH puede desarrollarse de forma muy diferente. Las personas con TDAH (trastorno atencional) necesitan un tratamiento y asesoramiento adecuados, consecuentes, regulares y duraderos. De lo contrario, seguirán sufriendo problemas también en edad adulta: en más de la mitad de los niños con TDAH, esta enfermedad se mantiene cuando son adultos.

A veces el tratamiento del TDAH dura unos pocos años, otras, es para toda la vida. El objetivo es que el paciente pueda llevar una vida normal, que sea capaz de tener relaciones sociales adecuadas y una buena formación educacional para alcanzar un buen nivel de calidad en su vida.

El TDAH es una enfermedad frecuente y muy seria que puede provocar trastornos de la personalidad duraderos si no se trata.

Un TDAH condicionado genéticamente (trastorno atencional) no puede prevenirse. Sin embargo, las madres sí pueden evitar determinados factores de riesgo durante el embarazo, que podrían influir en la aparición de la enfermedad. Aquí entrarían sobre todo el tabaco y el alcohol.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o síndrome por déficit de atención (SDA) es una enfermedad de trastorno atencional especialmente grave. Los médicos también la denominan trastorno hipercinético (THC).

Se acepta generalmente que en la práctica, la prevalencia de este trastorno se sitúa aproximadamente en el 6% (3-10%). Esta prevalencia supondría la existencia en nuestro país de 400.000 niños y adolescentes afectados. Los varones están más afectados que las chicas en una relación de entre 1:2 y 1:6. El trastorno aparece desde la edad lactante hasta la adulta. En España un 4 % de los adultos padecen TDAH. En más de la mitad de los pacientes a los que en edad infantil o pubertad les fue diagnosticado un TDAH, los síntomas permanecen también durante la edad adulta. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, los pacientes pueden controlar el síndrome y llevar una vida normal.

Los resultados de investigaciones científicas sugieren que la causa de un TDAH puede estar en un trastorno de la transmisión de la señales al cerebro. Posiblemente, muchos de los casos de TDAH tienen un condicionante genético. El entorno vital en el que los niños afectados por TDAH crecen puede debilitar o fomentar este problema; también el tabaco y el alcohol en el embarazo pueden influir en la aparición de la enfermedad.

Los síntomas característicos del TDAH son una baja concentración y una impulsividad, con o sin hiperactividad evidente, y síntomas acompañantes (excitabilidad aguda, cambios de humor y depresiones, falta de memoria, miedos, etc.). En la mayoría de los casos puede establecerse un diagnóstico con la observación y a través de preguntas al afectado; además, el médico puede obtener información relevante de personas de confianza como los padres, educadores y profesores, así como con pruebas neuropsicológicas y una exploración física.

El tratamiento del TDAH se realiza con métodos de asesoramiento, comportamiento y psicoterapia, y también con medicamentos. A veces el tratamiento dura unos pocos años, otras, es para toda la vida. El objetivo es que el paciente pueda llevar una vida normal, que sea capaz de tener relaciones sociales adecuadas y adquiera una buena formación educacional para alcanzar un buen nivel de calidad en su vida.

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Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Definición.

Las abreviaturas TDAH y SDA se refieren al trastorno por déficit de atención e hiperactividad y al síndrome por déficit de atención que son como los médicos definen un trastorno especialmente grave de la atención. Otras definiciones, en parte ya anticuadas para la enfermedad, con igual cuadro clínico son, entre otras, leve trastorno cerebral en la primera infancia, trastorno hipercinético o síndrome hipercinético (SHC).

TDAH no se refiere únicamente a la edad infantil, también incluye a afectados adultos. Según se exprese la enfermedad, podemos clasificar el TDAH en diferentes tipos: el tipo predominante de impulsos hiperactivos, el tipo predominante de déficit de atención y el tipo combinado.

El TDAH fue documentado por primera vez en 1845 por el neurólogo de Fráncfort el Dr. Heinrich Hoffman en su libro infantil Der Struwwelpeter (Pedro Melenas, uno de los libros de cuentos alemanes más traducidos, cuenta historias en verso cada una protagonizada por un niño con algún vicio o mal comportamiento). Pero no fue hasta el año 1987 cuando esta enfermedad recibió su definición médica definitiva de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Según se recoge actualmente, el TDAH es el resultado de una transmisión errónea de información entre las células nerviosas. Aquí, la dopamina, un neurotransmisor, tiene un importante papel.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Causas

Las causas exactas del TDAH siguen sin estar aclaradas. Seguramente existen múltiples factores responsables de un trastorno por déficit de la atención e hiperactividad. Actualmente, se considera responsables principales a los siguientes tres desencadenantes de TDAH:

  • Predisposición genética
  • Desencadenante hereditario por complicaciones en el parto y el embarazo
  • Circunstancias psicosociales

Una predisposición genética tiene como efecto un trastorno en la transmisión de las señales nerviosas. Apenas se constata la aparición del neurotransmisor denominado dopamina el cerebro cuando se sufre un TDAH. Esto provoca que el intercambio de información entre las células nerviosas se trastorne e impide que los estímulos puedan tramitarse correctamente. Por eso es por lo que los afectados tienen dificultades a la hora de controlarse.

No es infrecuente encontrar en la misma familia a hermanos, padres o familiares con síndrome de TDAH, aunque sea a nivel diferente. Es posible que existan varios genes responsables de la aparición de la enfermedad.

Los desencadenantes hereditarios, como por ejemplo el tabaco o el consumo de alcohol de la madre durante el embarazo no son las únicas causas originarias del TDAH, más probable es que lo favorezcan, en el caso de que exista una predisposición genética previa. Tampoco los factores psicosociales son los únicos causantes del TDAH. Sí es cierto que el entono vital en el que crecen los niños afectados de TDAH puede potenciar o debilitar la predisposición genética existente. Por ejemplo, se discute si las circunstancias de vida exterior y las experiencias drásticas, como la separación de los padres o una vivencia traumática, pueden favorecer la aparición del TDAH.

Otras posibles causas serían determinados cambios en el metabolismo cerebral del afectado: está comprobado que en este caso las sustancias transmisoras (los neurotransmisores), en especial la dopamina, no tienen un efecto óptimo en el área de los puntos de conexión de las células cerebrales (sinapsis). Con un análisis TEP (tomografía por emisión de positrones), los investigadores han demostrado que estas áreas cerebrales consumen menos glucosa que las de los niños sanos. Asimismo, los investigadores han comprobado que las personas con TDAH tienen menos volumen cerebral, sobre todo el lóbulo frontal es menor.

Todavía no se ha podido determinar científicamente el supuesto de que las alergias alimentarias o intolerancias puedan influir en los síntomas del TDAH o incluso ser su causa originaria.

Teoría del Apego y estilos de apego.

Teoría del apego. Vinculación afectiva.

La Teoría del Apego (Atachment) se desarrolla a principios de los años cincuenta, desde una perspectiva etológica. Sus principales exponentes son: J. Bolwby y M. Aisworth (Aisnworth 1968, 1982, 1989; Ainsworth, Bell 1970; Ainsworth, Bell, Stayton, 1971, 1974; Ainsworth, Blehar, Waters, Wall 1978; Ainsworth, Bowlby, 1991; Bowlby, 1939, 1940, 1944, 1949, 1951, 1958, 1960a,1960b,1968, 1977, 1980,1984b,1985, 1988, 1989a; Bowlby, Durban 1939).
En el marco teórico sobre la teoría del apego (Attachment) partimos de los trabajos de investigación de Bowlby (1969, 1973, 1995), Stern (1985) y Tronick (1989).
Robertson (1953a, 1953b)  y Bowlby describieron los patrones de conducta que podemos observar en los niños que sufren un alejamiento súbito y mantenido de sus hogares y que se ven instalados en ambientes extraños: “siempre que un niño pequeño que ha tenido oportunidad de desarrollar un vínculo de afecto hacia una figura materna se ve separado de ella contra su voluntad, da muestras de zozobra; y, si por añadidura, se lo coloca en un ambiente extraño y se le pone al cuidado de una serie de figuras extrañas, esa sensación de zozobra suele tornarse intensa. El modo en que el chiquillo se comporta sigue una secuencia característica. Al principio protesta vigorosamente y trata de recuperar a la madre por todos los medios posibles. Luego parece perder la esperanza de poder hacerlo. Aun así, sigue preocupado y vigila su posible retorno. Posteriormente parece perder el interés por la madre y nace en él un desapego emocional. Sin embargo, siempre que el período de separación no sea demasiado prolongado, ese desapego no se prolonga indefinidamente. Más tarde o más temprano el reencuentro con la madre causa el resurgimiento del apego” (J. Bowlby 1968, pp. 45).vinculo afectivo padre hijo psicologos valencia
Con Robertson, Bowlby no solamente estudió los efectos de la separación precoz de los niños y de sus madres, sino que también pudo comprobar que una figura de apego sustituta podía darle consuelo.
Esta figura sustituta podía facilitar el establecimiento de un vínculo emocional que impedía el deterioro y que permitía al bebé mantenerse en una situación de seguridad hasta que se reunía con su madre. Estudios actuales indican que la separación de un mes o más del niño de su madre durante los primeros 5 años de vida es de alto riesgo para trastornos relacionados con la salud mental (Steele y Siever, 2010).
Bowlby formuló la teoría de que según la relación que estos niños establecían con sus figuras de apego (la madre o cuidador principal) a edades tempranas, organizarían el tipo de vinculaciones afectivas que establecerían a lo largo de su vida.
Por apego entendemos una disposición a mantener proximidad y contacto (lazo de afecto) con una figura de carácter protector, denominada “figura de apego”: “El comportamiento de apego es una forma de conducta instintiva que se desarrolla en el hombre, al igual que en otros mamíferos, durante la lactancia y tiene como finalidad o meta la proximidad de la figura materna. La función del comportamiento de apego consistiría en la protección contra depredadores. Tal conducta se muestra especialmente intensa durante la niñez, cuando está dirigida hacia figuras parentales, pero continúa activa durante la vida adulta, en la que generalmente es encauzada hacia alguna figura activa y dominante, que con frecuencia se trata de un pariente, pero también a veces de un jefe o alguna persona de más edad que pertenece a la comunidad” (Bowlby, 1986b, pp. 111).vinculo afectivo figura de la madre psicólogos valencia
El apego estaría relacionado con la protección que esa figura principal de vinculación tiene con el bebé. El temor a la pérdida o el abandono de esa figura será vivido con niveles muy importantes de angustia por el bebé o niño. Bolwbly comprobó la existencia de esa angustia de separación al observar los efectos negativos padecidos por los niños, que fueron separados de sus padres en la Inglaterra de la postguerra.
También pudo comprobarlo en su trabajo como médico con adolescentes procedentes de familias conflictivas. Estas experiencias fueron determinantes para que Bowlby entendiera los efectos e influencia de los primeros vínculos afectivos y de su transmisión transgeneracional en el desarrollo de la personalidad del niño.
Cuando Bowlby (1985) se refiere a la figura de vinculación o de apego, se refiere a si existe o no la posibilidad de que esta figura sea accesible al bebé de forma inmediata y si ésta es capaz de responder de manera apropiada a sus necesidades, dándole protección y consuelo.
Esto permitirá también que el niño sea capaz de interactuar con los otros sin ansiedad y poder organizarse y elaborar situaciones traumáticas o problemas emocionales que puedan aparecer a lo largo de su vida.  Si estas primeras relaciones se desarrollan de forma correcta hablaremos de una base segura.
Así pues, se definen 4 tipos de apego: 1) Seguro: los otros son considerados como fuente de bienestar y son niños que tienen capacidad para empatizar con el otro y reflexionar sobre sí mismo; 2) Preocupado: los puntos de la historia personal están centrados en el rechazo, la negligencia y la inversión de roles y son niños que tienen muchas dificultades para organizar su historia y sus relaciones interpersonales, tanto pasadas, presentes como futuras; 3) Evitativo: son niños que tienden a negar los aspectos difíciles de su infancia, con actitudes de desvalorización hacia el apego; 4) Desorganizado no resuelto: característico de las personas que han tenido pérdidas muy significativas de su figura de apego, maltrato, negligencia y/o abusos sexuales en su infancia, y son niños que presentan graves dificultades en las relaciones interpersonales y tienen un alto riesgo de desarrollar problemas de tipo psiquiátrico y/o de adicciones (Main 2000; Main, Goldwyn, 1991; Main, Goldwyn, Hesse, 2003; Main, Kaplan, Cassidy 1985).
En la revisión y actualización de la literatura referente a la teoría del apego encontramos líneas de investigación entre apego y neurociencias, relación entre apego seguro y capacidad de mentalización o función reflexiva y habilidades sociales y conductas agresivas, relación entre FR y conductas agresivas, malos tratos; negligencias y abusos sexuales; transmisión generacional del maltrato y centros residenciales de acción educativa para menores retirados de sus familias como sistema de protección.

Ansiedad en los adolescentes por psicólogos Valencia

La ansiedad en los adolescentes va en aumento: qué está pasando

De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud, cerca de 1 de cada 3 adolescentes entre las edades de 13 y 18 puede tener un trastorno de ansiedad.

El número va en aumento; entre el 2007 y el 2012, los trastornos de ansiedad en los niños y adolescentes aumentó un 20 %.

Estas estadísticas, combinadas con el hecho de que el índice de admisiones a los hospitales de adolescentes que intentan suicidarse también se ha duplicado en la pasada década, nos dejan preguntas alarmantes.

Cualquiera que sea la causa, este aumento de ansiedad es un verdadero problema para nuestra juventud.

La ansiedad crónica puede ocasionar problemas graves de salud mental, depresión, uso de sustancias e incluso suicidio. Puede interferir con la capacidad de enfocarse y de aprender lo que puede conllevar a tener problemas en la escuela, lo cual puede tener un impacto a largo plazo. También puede ocasionar problemas físicos, tales como dolores de cabeza, dolor crónico, problemas digestivos y enfermedades del corazón más adelante.

Los trastornos de ansiedad transcienden a todos los grupos demográficos, periferia, urbano y rural. Afectan a los que asisten a la universidad y a los que no.

¿Qué está causando el aumento de adolescentes con ansiedad severa?  ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

 ¿Qué está pasando? Aunque no lo sabemos con seguridad, existe un grupo de factores que puede estar contribuyendo. Además de la genética, la química del cerebro, la personalidad y sucesos de la vida, considere lo siguiente:

  • Altas expectativas y presión por alcanzar el éxito. Entre pruebas estandarizadas y logros culturales, los jóvenes de hoy sienten la presión de tener éxito de otras formas que las generaciones previas no tenían. problemas de ansiedad en adolescentes por psicologos valenciaUna encuesta anual que conduce la “Investigación de la Educación Superior” les pregunta a los matriculados al primer año de universidad si se sienten abrumados con todo lo que tienen que hacer. En el 2016, 41 % de los estudiantes respondieron “sí”, comparados con 28 % en el 2000 y 18 % en 1985.
  • Un mundo que parece atemorizante y amenazador. Hemos presenciado un aumento de tiroteos en las escuelas, lo que ocasiona simulacros y cierres o confinamientos en las escuelas. Hemos presenciado tiroteos en lugares públicos. Se han presentado ataques terroristas en los Estados Unidos y en todo el mundo que han ocasionado muchas pérdidas de vida. Solo hay que ver o leer las noticias para saber que muchos pueden sentir miedo de estar en lugares públicos en los que antes se sentían seguros.
  • Las redes sociales. Los niños y los adolescentes de hoy están conectados constantemente a las redes sociales. No es de sorprenderse que su autoestima y la forma como ven el mundo estén conectadas a lo que se publica (comentarios) en las redes sociales. Es difícil para ellos no comparar su vida y sus conexiones sociales con lo que ven a otros publicar en las redes sociales.

También hay algunos niños que tienen reacciones inesperadas y desproporcionadas al desarrollo normal de experiencias, tales como ir a la escuela, ir a una fiesta, tener una fiesta de pijamas (pernoctar) o irse a un campamento; niños que se preocupan en exceso por actividades del diario vivir. Con frecuencia esto sucede en los años previos a la pubertad.

Siendo así, ¿qué pueden hacer los padres, los profesores y todas las demás personas que se relacionan con los niños y los adolescentes?

      • Tenga en cuenta los síntomas de la ansiedad. Algunas veces los niños pueden decir que están ansiosos, pero otras veces no es tan claro, especialmente  cuando ellos mismos no se dan cuenta.Los siguientes son algunos signos:

Miedos y preocupaciones recurrentes sobre partes de las rutinas de todos los días.

Cambios de comportamiento, tal y como la irritabilidad.

Evitar ciertas actividades, la escuela o interacciones sociales.

Baja en las calificaciones o evasión de la escuela.

Problemas para dormir o concentrarse.

Uso de sustancias u otros comportamientos de riesgo.

Quejas de problemas físicos, tales como fatiga, dolores de cabeza o de estómago.

Hable con los niños sobre posibles factores estresantes.  Intente ver el mundo de la forma que ellos lo hacen, y ayúdelos a mantener la perspectiva y a encontrar formas de sobrellevar las cosas.adolescencia y problemas de ansiedad por psicólogos valencia

  • Esté consciente de las expectativas que usted fija para los niños y adolescentes. Tener altas expectativas puede ayudar a los niños a alcanzar su potencial, pero deben ser realistas. No solo eso, sino recuerde que los niños necesitan tiempo para relajarse, jugar y pasar tiempo con los amigos, todas estas actividades son cruciales para su salud física y mental. Y es importante que todos recordemos que en la vida hay más que logros.
  • Hable con los niños sobre su uso de las redes sociales. Ayúdales a que tomen descansos, y ayúdales a que piensen de forma crítica y racional sobre el efecto que tienen las redes sociales en sus vidas. Trate de ver cómo puede conectar con su adolescente sobre el uso apropiado y seguro de los medios de comunicación.
  • La ansiedad se puede tratar

    De acuerdo con la Asociación Americana de la Ansiedad y Depresión, 80 % de los niños que se les puede diagnosticar un trastorno de ansiedad, no reciben tratamiento, y la ¡ansiedad responde muy bien al tratamiento! Como en el caso de la mayoría de los problemas, entre más pronto se diagnostique, es más fácil de tratar.

    Los tratamientos más eficaces para los trastornos de ansiedad son terapia cognitiva conductual (TCC) y medicamentos antidepresivos (inhibidores selectivos de la re captación de serotonina (ISRS)

    • La TCC se centra en cambiar lo que el niño piensa de su miedo, aumentando la exposición a estas situaciones que teme, y estrategias de relajación, tales como respiración profunda, relajamiento de músculos y diálogo interno positivo (repetir frases positivas o de reafirmación sobre sí mismo). Terapia de exposición, un tipo de TCC que se enfoca en presentar más oportunidades de enfrentar los objetos o las actividades que provocan temor.
    • ISRS (inhibidores selectivos de la re captación de serotonina) – antidepresivos recetados con frecuencia, son el medicamento más común para tratar los trastornos de ansiedad en los niños.

    Los estudios han descubierto que una combinación de TCC y de medicamentos por 12 semanas produce una respuesta positiva en 80 % de los niños con trastornos de ansiedad. De hecho, 65 % de esos niños no presentaban o tenían muy pocos síntomas después de 12 semanas de tratamiento. Con la TCC solamente, 60 % tenían respuestas positivas, cerca de 35 % de esos niños sin síntomas de ansiedad o muy pocos.  Sin embargo, es importante señalar que los medicamentos ISRS pueden ser administrados de forma segura y pueden ser una parte importante del tratamiento del trastorno de ansiedad de un niño.

    Como en el caso de cualquier trastorno mental, todo lo que ayude al bienestar general es una parte importante del tratamiento del trastorno de ansiedad, patrones regulares del sueño, ejercicio, meditación, aplicaciones para relajarse y el yoga pueden servir. Sin embargo, estas medidas no pueden substituir a la TCC o a los medicamentos.

    Lo más importante es estar consciente y atento a la salud mental de su hijo, ¡haga preguntas y pida ayuda!

Adolescencia y Fracaso Escolar

QUÉ ES EL FRACASO ESCOLAR

La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la edad adulta y se caracteriza por la gran cantidad de cambios físicos, psicológicos y sociales que ocurren. Cualquier cambio en uno de estos niveles va a afectar globalmente a la persona y a los otros niveles.

Por ejemplo, a nivel psicológico, se adquieren nuevas capacidades de pensamiento que permiten pensar en hipótesis y conclusiones sin necesidad de experimentarlas (pensamiento lógico-formal) o que permiten plantearse qué es bueno o malo según los propios criterios (pensamiento moral).

Los cambios físicos y psicológicos afectan al entorno social de dos formas: por una parte, el/la adolescente cambia sus propios comportamientos (comienza a reclamar su espacio individual, su autonomía, cuestiona el poder de los adultos, se relaciona con su grupo de iguales de manera más íntima…); y por otra parte, el mundo comienza a comportarse de manera diferente con el/la adolescente.clinica

En esta etapa puede suceder que no se desarrollen las estrategias necesarias para afrontar nuevas situaciones de manera adecuada, y aparecer pensamientos, sentimientos y comportamientos de inseguridad, angustia, agresividad o culpabilidad. Todos ellos indicios de una crisis que puede afectar al rendimiento académico.

“La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la edad adulta y se caracteriza por la gran cantidad de cambios físicos, psicológicos y sociales que ocurren”.

¿QUÉ PUEDE ESTAR PASANDO AL CHICO/A ADOLESCENTE PARA QUE AHORA LE CUESTE APROBAR?

Aunque cada persona es única y cada caso de fracaso académico es multifactorial (conviene consultar a un profesional de la psicología), hay dos factores personales fundamentales en el rendimiento académico a los que les afectan las crisis de la adolescencia: la falta de motivación hacia el estudio y la baja autoestima.

La MOTIVACIÓN es la energía, el combustible que nos mueve a conseguir lo que deseamos. ¿Por qué el adolescente puede perder su motivación hacia el estudio?

Hay varias razones:

A menudo los adultos podemos enviar mensajes ambiguos al adolescente o la adolescente. Le tratamos y esperamos que se comporte como adulto para determinadas cosas pero al mismo tiempo, tenemos miedos que mantienen nuestras actitudes de sobreprotección.fracaso escolar por psicologos valencia

A pesar de que el adolescente ya tiene capacidad intelectual para pensar en su futuro, puede optar por seguir siendo un “niño” para los estudios y delegar cómodamente su responsabilidad en los adultos. Estudia porque es lo que hay que hacer y porque sus padres le dicen que es su deber, es decir, la motivación es extrínseca (le viene de fuera). Por lo general, esta motivación externa es muy débil y sólo funcionará en caso de que haya una recompensa muy clara y cercana: “si apruebas esta evaluación, te regalo una moto”. Si el adolescente encuentra otra actividad que le interese más, se lanzará a realizarla y dejará el estudio para otro momento: “Mi hijo no es capaz de recordar lo que estudia y, sin embargo, se sabe los nombres de todos los jugadores de fútbol de la Liga”.

Por otra parte, los valores imperantes en nuestra sociedad contradicen la filosofía académica. Mientras que los y las adolescentes han crecido en un ambiente del “aquí y ahora”, estudiar requiere esfuerzo y no se ve recompensado inmediatamente, por lo que pueden elegir dedicar su tiempo a actividades menos difíciles y más beneficiosas a corto plazo, como ver la televisión o jugar a la consola.

Además, al adolescente se le acaba de abrir un mundo de nuevas posibilidades sociales, amplía su círculo de amistades, ganan peso la pareja y los iguales y comienza a vivir nuevas experiencias más interesante que estudiar, por lo que su motivación puede dirigirse a otros estímulos.

En otros casos, el/la adolescente tiene claro qué es lo que quiere lograr en sus estudios; sin embargo, no sabe cómo alcanzar esa meta porque no dispone de las herramientas adecuadas para conseguir lo deseado. Sabe que quiere estudiar y estudia, pero como nunca le han enseñado a hacerlo adecuadamente, fracasa en sus intentos. Esto puede llevarle a “tirar la toalla” por evitación del sufrimiento o a adoptar una postura de “pasotismo” como mecanismo de defensa.

Cuando hablamos de AUTOESTIMA nos referimos al concepto que cada uno y cada una tenemos sobre nosotros mismos.

La autoestima se va formando a lo largo de nuestras vidas y depende:

  • De los éxitos y de los fracasos que logremos
  • De los mensajes que recibimos del entorno y de los que nos enviamos a nosotros mismos/as.
  • De con quién nos comparen y nos comparemos.
  • De las personas que sean nuestros modelos a seguir:

La autoestima condiciona nuestra forma de relacionarnos con el entorno. Durante la adolescencia, la autoestima puede verse afectada porque no se desarrollen estrategias adaptativas para afrontar los fuertes cambios físicos, psicológicos y sociales que se producen.

Al ser inexpertos pueden fracasar en la solución de problemas (por ejemplo, se enamora por primera vez y no sabe qué hacer, decide actuar de una manera y no funciona); este “fracaso” contribuye a que reciba mensajes negativos del entorno (“¡qué pavo tienes!”, “si es que no estás preparado/a”), a que cree sus propios pensamientos negativos (“nunca gustaré a nadie”), a que le comparen y se compare con otros de forma negativa (“mi amigo liga más que yo”) y a que se fije en modelos alejados de su realidad (“quiero ser como los que salen en la tele”).