Las emociones son una parte fundamental de la vida de las personas.
Conocer, entender qué son y cómo nos podemos relacionar con ellas es una habilidad que puede cambiar nuestra manera de concebir el mundo y nuestra vida.
¿Qué son las emociones?
¿Cómo te sientes? ¿Estás feliz o triste? Cuando se nos pregunta, es bastante probable que todos podamos saber en qué estado emocional nos encontramos en ese momento. Pero, ¿qué significa? ¿Qué son las emociones y cómo impactan nuestra vida diaria?
Las emociones son reacciones psicofisiológicas que aparecen de forma automática cuando percibimos un estímulo ya sea interno o externo que nos pueda afectar. De este modo, las emociones son reacciones subjetivas, influidas por las experiencia y acompañadas de cambios fisiológicos y endocrinos de origen innato. No son un esfuerzo consciente, sino un estado mental que surge espontáneamente.
En el ser humano la experiencia de una emoción consiste en un conjunto de cogniciones, creencias sobre el mundo y actitudes que influyen en la percepción de cada situación
A lo largo de la historia las emociones no se han tenido mucho en cuenta, aunque todo el mundo sabe que existen, siempre se ha dado más importancia a la parte racional del ser humano, a lo que se produce de forma consciente.
A través de las emociones podemos intuir la conducta futura de una persona y ya desde que nacemos vamos adquiriendo una serie de emociones básicas y universales que se les denomina las 5 emociones básicas (miedo, tristeza, alegría, sorpresa y asco).
Podríamos decir que las emociones gobiernan nuestra vida cotidiana aunque cada individuo las experimenta de forma particular, dependiendo de su experiencia, carácter y el contexto.
Identificamos una emoción con la información que nos facilitan los sentidos, procesándola de forma rápida e indicándonos si lo que está ocurriendo es agradable, desagradable, seguro, peligroso… Posteriormente es cuando aparece la emoción, derivada de nuestras propias interpretaciones, y manifestándose en sensaciones emocionales, sensaciones corporales y en impulsos de acción. De este modo es la emoción quien nos genera la energía necesaria para realizar las acciones que facilitan nuestra supervivencia. Para que el ser humano pueda desarrollarse de forma plena, debe reconocer, reconciliarse e integrar la dimensión emocional que genera nuestro cerebro, ya que las emociones aparecen, se desarrollan y desaparecen.
¿Para qué sirven las emociones?
Las emociones juegan un papel importante tanto en nuestro pensamiento como en nuestro comportamiento. Las emociones que sentimos cada día pueden llegar a influir considerablemente en las decisiones que tomamos sobre nuestras vidas, sean más o menos importantes, grandes o pequeñas.
Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a todo lo que nos rodea, siendo un estado que aparece espontánea e inesperadamente y que no suele prolongarse mucho en el tiempo.
Toda emoción tiene una función en nuestra vida, sin ir más allá una de sus funciones esenciales es nuestra supervivencia. Las emociones tienen otras funciones importantes como que nos dan una mayor seguridad, nos protegen de las amenazas, nos ayudan a adaptarnos, nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos y a comunicarnos con nosotros mismos y con los demás.
Aunque la función adaptativa puede ser una de las más importantes, podemos encontrar otros niveles donde interfieren las emociones.
En la función social, las emociones expresan nuestro estado de ánimo y facilitan la interacción social. También hay que tener en cuenta que las emociones pueden expresarse de forma no verbal, facilitando así nuestros sentimientos a la persona con la que estamos interactuando. Nos permite responder de manera apropiada y construir relaciones más profundas y significativas con nuestros amigos, familiares y seres queridos. También nos ayuda a comunicarnos de manera efectiva en una variedad de situaciones sociales, desde la forma en la que se trata a un cliente enfadado hasta controlar a un empleado impulsivo.
Por otro lado, la motivación y las emociones van cogidas de la mano. Enfrentarse a un examen importante puede llegar a producir estrés o ansiedad. Como resultado de estas respuestas emocionales, es probable que uno se ponga a estudiar. Dado que se ha experimentado una emoción en particular, se obtiene la motivación para actuar y hacer algo positivo para mejorar sus posibilidades de obtener una buena nota.
Dicho de otra forma, las emociones han sido y son una herramienta esencial para nuestra supervivencia como especie, ya que nos impulsan a actuar en base a nuestros valores y actitudes y a adaptarnos en el entorno.
¿Cómo nos afectan las emociones?
La ira, la frustración, el miedo y otras emociones negativas son parte de la experiencia humana. Cada una de ellas puede provocar estrés y, a menudo, se consideran emociones que deben evitarse, ignorarse o desautorizarse; pero en realidad es parte de nuestro desarrollo personal. Es decir, debemos saber cómo gestionarlas y no evitarlas.
Nuestros pensamientos y emociones pueden afectar tanto a nuestro comportamiento como a nuestra salud. Podemos decir que las emociones que se experimentan de manera libre y fluida no nos afectan negativamente, si les damos el espacio para experimentarlas, entenderlas y valorar de manera consciente qué hacer con ellas; mientras que las emociones reprimidas como el miedo, o emociones descontroladas pueden debilitar nuestra energía mental si no sabemos cómo gestionarlas, así como generarnos dificultades tanto de manera interpersonal como intrapersonal.
Es importante reconocer nuestras emociones y ser conscientes del efecto que tienen, no solo entre nosotros, sino también en nuestro cuerpo, comportamiento y relaciones.
La idea de «regular» las emociones negativas puede llegar a ser complicada de entender . Manejar las emociones se trata de aceptar el hecho de que las estamos sintiendo, determinar por qué nos sentimos así y permitirnos recibir los mensajes que nos envían antes de liberarlos y seguir adelante, y así permitir tomar decisiones en base a nuestros criterios, pensamientos, creencias y valores y no en base a la intensidad emocional que podamos estar viviendo.
¿Cuando las emociones nos perjudican o no son adaptativas?
Cuando la persona no es capaz de regular dichas emociones, es decir, su estado de ánimo. Las emociones nos perjudican cuando no somos capaces de conseguir una estabilidad emocional experimentando emociones extremas de una forma constante, cosa que hace que la persona sufra consecuencias en las diferentes áreas de su vida presentando cambios disfuncionales en su estado de ánimo y en su entorno. La persona puede experimentar que su estado emocional fluctúa dependiendo de lo que le vaya sucediendo en el día a día, lo que le puede derivar a pensar que las emociones son consecuencia de lo que sucede y que no tiene ningún control sobre ellas y sobre cómo experimentarlas y gestionarlas.
¿Qué es la regulación emocional?
Las emociones dan forma a nuestras vidas de manera poderosa. Nos dan la capacidad de sentir y experimentar el mundo que nos rodea. Nos influyen en muchos niveles diferentes y están estrechamente vinculados a nuestros pensamientos, comportamientos y salud mental en general.
La regulación emocional es un término que se utiliza generalmente para describir la capacidad de una persona para gestionar y responder de forma eficaz a una experiencia emocional. Las personas utilizan inconscientemente estrategias de regulación para hacer frente a situaciones difíciles a lo largo del día. La mayoría de las personas usan una variedad de estrategias de regulación emocional siendo capaces de aplicarlas en diferentes situaciones para adaptarnos a las demandas de nuestro entorno. En otras palabras, la capacidad de gestionar nuestras respuestas emocionales.
A menudo no podemos controlar las cosas que la vida nos presenta, pero podemos aprender a regular nuestra respuesta. Una persona que es capaz de hacerse cargo de sus emociones en lugar de permitir que sus emociones tomen el control, está practicando la regulación emocional. No significa que esté evitando las emociones negativas o los sentimientos negativos. Simplemente está notando y monitoreando sus sentimientos para poder adaptarse y responder de manera efectiva en diferentes situaciones.
¿Cuáles son los síntomas que indican que una persona puede estar presentando problemas de regulación emocional?
Tal y como hemos comentado anteriormente, cada persona experimenta las emociones de forma única, con una intensidad y repercusión en distintos niveles. A continuación te presentamos un conjunto de síntomas con los que podrás guiarte para identificar si se estás experimentando esa inestabilidad emocional y poder proporcionar la ayuda necesaria para aprender a controlar las emociones:
- No te sientes agusto con tu físico o constantemente te estás cuestionando cómo te ves delante del espejo. En cierto modo te cuesta aceptarte como eres.
- Se produce un distanciamiento con la gente, sin embargo, tienes miedo a la soledad y a que alguien cercano pueda abandonarte.
- Te sientes irritable en muchos momentos.
- Vives las emociones de una manera muy intensa.
- Cuando te sientes mal anímicamente puedes sentir que necesitas aislarte.
- Tienes sentimientos de vacío, que son difíciles de explicar.
- Las relaciones con tu familia, amigos y pareja son complicadas en ciertos momentos.
- Sientes mucha dificultad a la hora de controlar tus emociones tales como la ira o el enfado, y cuando eso te sucede lo transmites a las personas cercanas generando conflictos.
- Puedes sentir que no tienes claro cómo eres, cuáles son tus cualidades y fortalezas, cómo definirte.
¿Cuáles son las consecuencias?
La inestabilidad emocional afecta negativamente en nuestro desarrollo personal debido a que en muchos momentos la persona no consigue entenderse ni a sí misma, pero también influye en su vida familiar y laboral. Las repercusiones pueden ser múltiples y muy variadas. De este modo las principales áreas afectadas son:
- Ocio: la persona puede cambiar de actividades, le es muy difícil mantener la constancia. A la persona le es difícil también mantener motivación, lo que le lleva a períodos de evitación de actividades.
- Amistades: las personas cercanas que le rodean, cuando lo ven no saben cómo se va a encontrar ese día, ya que hay veces que puede estar contento,y otros enfadado, más aislado. Se sienten preocupados porque observan como su amigo se encuentra de una manera u otra en función de lo que le sucede. Puede suceder que los amigos tiendan a ayudarle a darle consejos, lo que puede generar cierta dependencia en la relación,o por lo contrario cierto distanciamiento debido a las situaciones incómodas que se viven.
- Familia: con la familia sucede algo parecido a las amistades ya que tanto la pareja como la familia cuando le ven, no saben como se lo encontrarán ese día. También es posible que en muchas quedadas familiares no asista debido a que prefiere quedarse aislado en su casa por algún motivo ya que le ha surgido algún acontecimiento adverso que le ha hecho sentirse de este modo.
- Trabajo: en el área laboral la persona puede sufrir bastante a la hora de trabajar en equipo y las relaciones interpersonales. Puede tener en ciertos momentos falta de motivación para ir a trabajar o cambiar constantemente de trabajo ya que puede pensar que si se siente así es porque su trabajo le está amargando.
- Desarrollo personal: es un área donde la persona se siente bastante afectada ya que tiende a tener cierta falta de identificación consigo mismo. A la persona le cuesta mucho desarrollarse personalmente ya que en muchos momentos le cuesta aceptar como es, analizando constantemente su físico, sintiendo las emociones de una manera muy intensa. El desarrollo se ve estancado también ya que en muchos momentos siente un vacío interno muy grande, cosa que le hace depender de gente externa para su bienestar.
¿Cuál es el tratamiento?
En Clínica Pérez Vieco trabajamos la regulación emocional a través de un tratamiento psicológico para la regulación emocional. La ayuda que los profesionales proporcionan es fundamental para llevar a cabo un buen tratamiento, basándose así en la terapia cognitivo-conductual, así como en la terapia dialéctico conductual, y otro tipo de herramientas de otras orientaciones que han demostrado eficacia en este tipo de necesidades.
A través de nuestro tratamiento entrenaras y podrás poner en marcha las estrategias y herramientas necesarias para que seas capaz de estabilizar y regular tus emociones. En nuestro tratamiento trabajamos:
- La psicoeducación emocional: donde la persona aprenderá a percibir, identificar, comprender y gestionar sus emociones
- Daremos a la persona herramientas alternativas y suficientes para frenar la conducta impulsiva.
- La persona entenderá qué distorsiones cognitivas o filtros cognitivos le están haciendo sentirse así, derivando en una mala gestión. Entenderá de dónde vienen y cuando las aprendió.
- A través de herramientas de terapia cognitiva la persona flexibilizará sus pensamientos.
- En dicho tratamiento, la persona aprenderá herramientas asertivas, de manejo de emociones, de toma de decisiones, solución de problemas para resolver de manera efectiva los diferentes problemas de la vida diaria.
Este tipo de tratamiento nos suele dar muy buenos resultados ya que la persona incorporará habilidades que le permitirán regular sus emociones y acciones, así como sus pensamientos. La psicoeducación le ayudará mucho a manejar sus emociones, en definitiva, mejorará notablemente su calidad de vida.
¿Cómo ayudar a un amigo o familiar?
La forma en que interpretamos nuestras emociones determina la forma en que reaccionamos ante ellas. La regulación emocional no significa ser feliz todo el tiempo, pero tampoco garantiza protegernos del dolor. Con la regulación emocional, ganamos la capacidad de aceptar nuestros sentimientos y decidir qué hacer con ellos.
A continuación queremos ofrecer algunos consejos sobre cómo desempeñar un papel positivo en el sistema de apoyo emocional de un amigo o familiar para que esa estabilidad le lleve a conseguir su objetivo, y evitar obstaculizar su progreso.
Hay muchos factores, incluidos los maestros, las escuelas, la cultura y la genética, que pueden influir en la gestión de las emociones. En nuestra mano solo está brindarles el apoyo y la confianza necesaria para que se abran a nosotros, para que nos transmitan sus emociones. Debemos ser tolerantes y receptivos a las necesidades emocionales de nuestro ser querido, entenderlas y no juzgarlas. Como hemos mencionado anteriormente, cada persona experimenta los síntomas de distinta manera, es por eso que nuestra mente debe estar abierta e intentar ponernos en su situación.
Es importante aceptar, apoyar y mostrar empatía para validar sus sentimientos. Por otro lado, es de gran ayuda facilitar una “dosis de realidad” e intentar que no ignore, descarte, o que se sienta culpable por sentir lo que siente, especialmente con las emociones negativas. Anímale a distraerse con otra actividad, sea física o social, transmítele tu apoyo, hazle saber que puede contar contigo.
Cabe destacar que es de gran ayuda intentar proporcionarles buenos recursos terapéuticos. Es posible que no sepamos a quién acudir o a quién recomendar si nunca hemos pasado por algo parecido. Encontrar estos recursos y guiar a nuestro amigo o familiar hacia un profesional de la salud mental hará que este pueda diagnosticarle y brindarle el tratamiento que necesite empezar a seguir.
La regulación emocional se trata de seguir adelante y no dejar que los reveses temporales nos impidan alcanzar nuestras metas. Está ligado a valores, expresiones, autocompasión, gratitud y pensamiento racional, lo que explica la paz interior que trae consigo la regulación de las emociones. «Los sentimientos son pasajeros, debemos dejarlos ir y venir».