• A ser tratados con respeto y dignidad.
  • A equivocarnos y ser responsables de nuestros errores.
  • A tener nuestras propias opiniones y valores.
  • A tener nuestras propias necesidades, y que sean tan importantes como las de los demás.
  • A experimentar y expresar los propios sentimientos, así como a ser sus únicos jueces.
  • A cambiar de opinión, idea o línea de acción.
  • A protestar cuando se nos trata injustamente.
  • A intentar cambiar lo que no nos satisface.
  • A detenernos y pensar antes de actuar.
  • A pedir lo que queremos.
  • A hacer menos de lo que humanamente somos capaces de hacer.
  • A ser independientes.
  • A decidir qué hacer con nuestro propio cuerpo, tiempo y propiedad.
  • A sentir y expresar el dolor.
  • A ignorar los consejos.
  • A rechazar peticiones sin sentirnos culpables o egoístas.
  • A estar solos aun cuando deseen nuestra compañía.
  • A no justificarse ante los demás.
  • A no responsabilizarse de los problemas de otros.
  • A no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
  • A no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
  • A elegir entre responder o no hacerlo.
  • A hablar sobre el problema con la persona involucrada y aclararlo, en casos límite en que los derechos de cada uno no están del todo claros.
  • A hacer cualquier cosa mientras no violes los derechos de otra persona.
  • A escoger no comportarte de forma asertiva o socialmente hábil.