Profecias autocumplidas y Efecto Pigmalión
El Efecto Pigmalión, también es conocido en el campo de la psicología como el fenómeno de las profecías autocumplidas. Es un interesante concepto a conocer y tener en cuenta, ya que en muchos casos puede estar detrás de la explicación de nuestras buenas o malas capacidades en diferentes campos de nuestra vida, como por ejemplo la capacidad que tenemos al enfrentarnos a un problema o situación, nuestra productividad o capacidad para desarrollar con éxito una tarea, un trabajo, o también para llevar a cabo un aprendizaje concreto… El Efecto Pigmalión describe cómo la creencia que una persona tiene sobre otra o sobre sí misma, puede influir en el rendimiento de esta otra persona o sobre el suyo propio. Dicho de otro modo, es la repercusión que tiene lo que pensamos que una persona puede llegar a hacer (nuestras expectativas), sobre lo que realmente hace (el comportamiento propio o ajeo).
Este fenómeno explica el asombroso rendimiento de algunos deportistas, estudiantes, empresarios, intelectuales… que muestran una grandísima confianza en sus capacidades, y esto les permite superar cualquier obstáculo que se les ponga por delante, sin vacilaciones ni inseguridades.
También podemos encontrar muchos ejemplos de este curioso fenómeno en el entorno educativo y social, en las investigaciones de Rosenthal y Jacobson, los cuales estudian el Efecto Pigmalión desde la perspectiva teórica psicológica de las profecías autocumplidas. Dentro de esta perspectiva en el ámbito educativo, entendemos las teorías autocumplidas como uno de los factores más relevante que influyen en la motivación de los alumnos en el aula, y en la eficacia, profesionalidad e implicación de los docentes. Entre otras cosas lo que ocurre es que los profesores formulan expectativas acerca del comportamiento en clase de diferentes alumnos, y esto hace que los traten de forma distinta de acuerdo con dichas expectativas. Es posible que a los alumnos que ellos consideran más capacitados les den más y mayores estímulos, les dediquen más tiempo en sus explicaciones y les den más tiempo para sus respuestas, además de un mejora apoyo didáctico etc. Los alumnos, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores.
Un estudio para observar como este fenómeno influye en la dinámica de una clase, y en el rendimiento diferencial de sus alumnos, se planteó de la siguiente manera:
En una clase completamente normal y con una capacidad similar sin grandes diferencias entre sí y con el mismo objetivo de aprobar el curso, se le dijo al profesor que ciertos alumnos escogidos de manera aleatoria tenían una gran capacidad y un gran potencial para aprobar con éxito y buenas notas, y por otro lado cuáles de los alumnos iban a ser malos estudiantes y a tener malos resultados en las pruebas de evaluación.
Como os imaginareis, a medida que el tiempo fue pasando las estimaciones que se le dieron al profesor de forma aleatoria fueron cumpliéndose. Aquellos alumnos que él creía que iban a ir bien, consiguieron buenos resultados mientras que los que iban a ir mal tuvieron resultados más pobres.
En otro estudio se hizo un planteamiento algo distinto, llevando a cabo el estudio de esta forma:
Se le pidió al profesor que les dijera a sus alumnos que la gente con el pelo moreno era más inteligente que los de pelo rubio según un estudio científico. Los resultados posteriores en dicha investigación confirmaron las expectativas creadas por el profesor en sus alumnos, los que tenían el pelo moreno mejoraron sus calificaciones, mientras que los alumnos con el pelo rubio la bajaron.
Más adelante el mismo profesor les dijo que lo que les dijo había sido erróneo y que en realidad era al contrario, los alumnos de pelo rubio tenían mayor capacidad que los morenos. De nuevo, se dio una profecía autocumplida, los alumnos rubios mejoraron mientras que los morenos descendieron.
Estos estudios muestran una clara prueba de como el nuestro rendimiento tiene mucho que ver con nuestras expectativas y las expectativas que otros tienen sobre el nuestro propio rendimiento. Nuestra inteligencia y muchas de nuestras capacidades en general se ven influidas en gran medida por nuestra motivación, nuestras creencias y expectativas, por lo que puede ser muy importante que seamos capaces de desarrollar un autoconcepto positivo relacionado con nuestras capacidades y actitudes para tener un rendimiento optimo en aquello que hagamos.
Te planteo un sencillo ejercicio que puedes hacer en cualquier momento, con el objetivo de cultivar un autoconcepto positivo que pueda ayudarte a mejorar tus resultados y eficacia en diferentes ámbitos de tu vida:
Es muy fácil de llevar a cabo, solo tienes que escribir 15 características o atributos personales positivos con los que puedas identificarte. Puedes enfocar el ejercicio hacia una problemática o ámbito concreto, por ejemplo hacia el ámbito académico, laboral… (escogiendo atributos que puedan servirte para afrontar una problemática en este campo, o mejorar tu autoconcepto relacionado con este tema), o puedes enfocarlo a mejorar tu autoconcepto de forma general.
No pienses que 15 atributos son muchos, si nos esforzamos un poco todos podríamos escribir muchos más.
Puede que pienses que es un ejercicio demasiado simple, y de poco valor, pero estoy seguro de que pensar sobre uno mismo en positivo aunque solo sea durante unos pocos minutos, tiene una importante repercusión positiva en nuestra forma de concebirnos y en nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos. Te aconsejo que hagas este ejercicio siempre que te sientas con poca energía o motivación.
Ten siempre en cuenta que tus capacidades y las capacidades de los que te rodean se ven alimentadas por tus expectativas, y utiliza esto a tu favor, y a favor de los demás.