Cuando el amor se vuelve enfermizo
Desde Psicólogos Valencia te ofrecemos en este post información relativa a las relaciones de amor adictivas y que repercuten de forma negativa en el estado anímico y mental de los implicados.
Amar constituye una experiencia absolutamente enriquecedora para cualquier ser humano, sin embargo, para algunos las relaciones amorosas se convierte en un dolor de cabeza e inclusive un trastorno completo en la vida. Es el caso de las mujeres adictas a las relaciones. Ellas lo entregan todo, hacen hasta lo imposible por retener a un hombre: lo llaman hasta el cansancio, lo persiguen, contratan detectives, lo amenazan, lo espían, le reclaman por todo, en fin, acuden a mecanismos que llegan a sorprender a cualquiera para conservar una relación, aunque ésta sea nociva para ellas mismas.
El tema llega a ser tan grave que algunas mujeres adictas a las relaciones, se dejen maltratar por el miedo a perder la pareja, inclusive se cometen suicidios por amor.
Pero ¿Qué es amar demasiado?, ¿Quién nos dice que se están cruzando los límites?, ¿Qué situaciones de la vida pueden disponer este comportamiento?, ¿También existen hombres adictos a las relaciones? ¿Porqué son más propensas a ésta patología las mujeres? y ¿Qué pueden hacer las mujeres que se ven involucradas en este tipo de relaciones?
Son muchas las conductas que le hacen daño a una mujer inmersa en una relación afectiva, y que se pasan por alto con tal de mantener la relación, así sea perjudicial para ella y su entorno familiar. Cuando la relación altera de forma negativa la vida, el trabajo, la salud, el estado de ánimo y las relaciones de la persona, se constituye una relación adictiva.
La autora norteamericana, Robín Norwood en su libro: “Las mujeres que aman demasiado” describió unas condiciones que determinan a las mujeres adictas a las relaciones. Si se identifica con estas situaciones, es hora de empezar a buscar ayuda. Por ejemplo, cuando: les dan dinero, los mantienen; los ponen a estudiar y les compran ropa; se embarazan solo por retener a la pareja; viven con depresión; se habla todo el tiempo de la pareja; se le disculpa a la pareja el mal humor, la indiferencia, los desaires, el maltrato, etc.
El amor inadecuado, inaccesible, adictivo, autodestructivo, no es amor. Esas relaciones se aceptan porque para muchos es doloroso no ser amado, por presiones sociales, por falta de educación, por miedo a la soledad, al abandono, al fracaso.
El camino a la recuperación
Lo primero es no entrar a una relación sino se tiene la autoestima y el respeto por uno mismo bien trabajados.
Insisto en que amar de forma adictiva NO significa amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, significa obsesionarse por otro ser humano, permitiendo que se desborden las emociones y que se salgan de las manos planos como el personal, el familiar o el laboral.
Les comparto cinco claves para recuperarse de esa adicción:
- Buscar ayuda y convertirla en la prioridad de la vida.
- Aprender a no “engancharse” en relaciones perjudiciales.
- Reconocer comportamientos errados y enfrentar los problemas propios.
- Recuperar la autoestima, generar nuevos círculos de amigos.
- Entender que SI existen las relaciones de pareja sanas.
¿Por qué casi siempre son las mujeres las que aman demasiado?
Son muchas las razones: por situaciones socio culturales como el machismo, la típica trama de las telenovelas melodramáticas latinoamericanas, por antecedentes familiares, por ejemplo, provenir de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales en la infancia; porque habiendo recibido poco afecto, tratan de compensar indirectamente esa necesidad, proporcionándolo a hombres que parecen necesitarlo. En pocas palabras, son codependientes.
¿Hay hombres que aman demasiado?
Algunos hombres practican esa obsesión, sin embargo, debido a factores biológicos y culturales, por lo general tratan de protegerse y tienden a obsesionarse por otras cosas como el trabajo, los deportes, los hobbies.
La buena noticia es que cualquier persona si se lo propone y recibe ayuda terapéutica puede superar un mal amor y/o la tendencia a ‘engancharse’ en relaciones que no son convenientes.