Sin ninguna duda casi todos los pueblos del mundo tienen determinados tipos de deporte.
Sin ninguna duda también, los miembros de estos pueblos durante los períodos de su infancia y la juventud tienen juegos particulares. Tanto estos juegos como sus leyendas, sus cuentos, mitos y deportes conservan diferentes situaciones origen histórico que hacen al folklore del país.
Estamos acostumbrados a escuchar que la ontogenia (desarrollo del ser humano como individuo), resume a la Filogenia (desarrollo y evolución de la Humanidad). Si adhiriéramos aunque sea parcialmente a esta afirmación podríamos leer, tanto en los cuentos y leyendas como en juegos y deportes de los pueblos, su origen, y su evolución. De modo tal, podríamos preguntarnos si existe alguna correlación entre los juegos de los niños y los deportes de los pueblos más antiguos y si cuando más evolucionado es un pueblo más complejo serían sus juegos y deportes. Esta correlación no se sostiene ya que existen civilizaciones avanzadas que practican antiguos deportes.
Una posible explicación es que la magia que ejercen los antiguos deportes sobre los pueblos altamente evolucionados, están en relación directa con la psicología de los mismos, la que contiene estructuras profundas de origen y de situaciones importantísimas que hacen al sostenimiento de las estructuras de esas sociedades. Una respuesta más cabal la podría llegar a dar una antropología especializada en deportes.
No obstante, desde este lugar podríamos preguntarnos acerca de la finalidad que tendría los deportes dentro de una sociedad en la antigüedad.
Merece destacarse el hecho de que muchos deportes parecen haber tenido su nacimiento en el ejercicio de destrezas físicas y o psicológicas que actuarían al servicio de la sobrevivencia.
El lanzamiento de la jabalina, de las flechas, el salto en alto o en largo, la lucha cuerpo a cuerpo, el correr, el patinar sobre nieve, el nadar, el bucear, el remo, etc., serían claros ejemplos que hacen a esta posible hipótesis. Sobrevivencia que también y de acuerdo con las características de cada actividad, estaría vinculada a las guerras o contiendas que periódicamente por motivos territoriales, políticos o religiosos se suscitaban entre los pueblos de la antigüedad.
También las danzas rituales podrían haber generado por imitación y derivación ciertos deportes, tales como la gimnasia libre o el patinaje artístico.
Pero, es necesario aclarar que en todo esto, la fantasía del hombre y su profunda capacidad simbólica han intervenido para hacer que aquella que era una necesidad de sobrevivencia (y en algunos pueblos continúa siéndolo), se enriquezca y llegue a ser otra suerte de sobrevivencia ligada mucho más con lo social y o la economía que con necesidades básicas.
Otros deportes estarían vinculados con el sostenimiento de las leyes que regula a tal o cual sociedad.
Pero qué es lo que hace que hoy en día se tire la jabalina, si en nuestras sociedades ya no se usa para cazar y o alimentarnos? O se compita para saber quién salta más alto en largo o en alto, o alguien quien nade más rápido. O caso no será por el mismo placer que del deporte deviene y que tantos beneficios produce satisfaciendo áreas y deseos personales de variada singularidad?
En todos ellos, el hombre demuestra su poder y su anhelo de mejorarse en forma constante, superando cada vez más sus “rankings”. Con este tipo de competencia se sostiene al mismo tiempo antiguas y obscuras vivencias que yacen en el inconsciente de los atletas y que se han transmitido tanto física como psicológica y socialmente por medio de la práctica deportiva y en el cumplimiento de sus reglas y condiciones.
Muchos autores, entre ellos Stump, Cozens y Dunlap (1975), que han realizado intensas y amplias investigaciones en las llamadas culturas “primitivas”, han encontrado por ejemplo entre los maoríes, los fidjis y los samoanos una larga lista de factores por los que son practicados los deportes. Entre ellos se han encontrado que los mismos se vinculan a: entrenamiento para guerras y contiendas.
1. desarrollo de habilidades especificas
2. ser eficaces en el sostenimiento de reglas
3. cubrir recreaciones personales y sociales
4. promover la comunicación, la lealtad y la solidaridad de las tribus
5. sublimar actividades competitivas agresivas para mantener el equilibrio social
6. sostener la salud y la confianza en si mismo
7. mostrar alegría del vivir
8. fomentar lo placentero
9. mostrar el arte que deviene del cuerpo en movimiento
10. educar a los más pequeños y a los jóvenes
11. sostener tradiciones
12. mantener y mejorar las pautas morales
13. obtener honores y consideraciones por parte de la comunidad a la que pertenecen y a otras
14. servir para el ingreso a la edad adulta, entendiendo a ciertos deportes como ritos de iniciación o ante nacimientos, casamientos, muertes
15. propiciar a los dioses
16. mantener el honor de la nación
17. acceder a experiencias mítico-ascéticas
18. honrar a los más viejos
19. recordar a los ancestros
A esta larga lista se le podrá añadir el estimulo innato que produce el placer de realizar deportes, placer que “obliga” a continuar practicándolo.
Cuando fueron estudiadas las actividades deportivas entre los pueblos de la antigüedad, se pudo observar que muchos rituales y ceremonias religiosas eran acompañadas de estas actividades que hacían de necesario, aclaratorio y enriquecedor complemento. Por este motivo, muchos así llamados deportistas pertenecían y pertenecen a un ámbito sagrado, y dichos atletas estaban y están teñidos con algo de la misma “divinidad”.
Hoy en día
Hoy en día, y salvando el criterio de lo sagrado, podemos observar que, cuando un jugador de fútbol hace un gol, sus mismos compañeros corren hacia él lo tocan, se le enciman, como si el cuerpo de él tuviera algo mágico, algo poderoso de lo cuál uno tuviera que impregnarse. A este hecho se le añade el reconocimiento, la protección del goleador, como también el agradecimiento de su grupo más el grito de toda la tribuna de seguidores a quienes en muchas oportunidades se arrodilla el goleador ofreciéndoles el gol, coronándose gloriosamente la hazaña, sobre todo si es éste el gol que determina la victoria.
En la actualidad encontraremos también rituales que acompañan a las actividades deportivas. Fiesta, himnos, bandas musicales, desfiles, colores, pantallas, que parecen ser una herencia modificada de aquellos antiguos rituales.
Algo que los hombres repetimos porque se halla profundamente internalizado en nuestros espíritus. Un ejemplo notable de esta preservación cultural es la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos (de Olimpo, lugar de permanencia de los dioses), en la que el fuego simboliza el principio de la gran Fiesta y el conocimiento de la verdad, de lo mejor y de lo más bello. Es que acaso existen deportes feos? Si la belleza está ligada a la verdad y en el deporte mostramos lo más propio de cada uno de nosotros, es posible que no existan nada más que deportes bellos. Aquellos que, además cumplen con un papel ético y hacen al servicio del Bien Común.