Ninfomanía, cuando los pensamientos sobre el sexo dominan la mente.
La ninfomanía, también conocida como hipersexualidad femenina, es una dependencia que no cesa, una adicción al sexo que afecta todas las áreas de la vida y que genera una insatisfacción constante.
Las mujeres ninfómanas experimentan un deseo sexual demasiado intenso e insaciable que genera una obsesión por el sexo, incluso aunque mantengan relaciones sexuales de forma habitual.
Cuando se habla de deseo sexual, es difícil establecer límites entre lo normal y lo patológico. Aún así, se hace referencia a la ninfomanía cuando los pensamientos sobre el sexo dominan la mente de la mujer. A la ninfómana le resulta difícil pensar en otra cosa que no sea el sexo y a menudo le confiere implicaciones sexuales a situaciones cotidianas que no las tienen.
Por otra parte, al igual que ocurre con el resto de las adicciones, para que la persona pueda hallar cierta satisfacción debe pasar cada vez más tiempo involucrada en las experiencias sexuales o buscándolas, lo cual hace que el resto de las esferas de su vida se vean relegadas a un segundo plano o incluso desaparezcan por completo.
La libido y la actividad sexual no siguen una línea constante a lo largo de la vida, hay etapas en las que estas aumentan, pero eso no significa que ocurra algo anormal, sin embargo la ninfomanía no es un simple aumento del deseo sexual, es un problema mucho más complejo que puede catalogarse como una enfermedad.
Se estima que aproximadamente el 3% de las mujeres sufren ninfomanía, aunque solo el 0,8% admiten haber buscado ayuda para controlar ese deseo sexual.
Cómo puedo saber si soy ninfómana
El síntoma principal de la ninfomanía es un comportamiento sexual compulsivo, que suele inducir a la promiscuidad. No obstante, también pueden aparecer síntomas propios de un trastorno obsesivo-compulsivo o solaparse con otras psicopatologías, como un trastorno de personalidad.
Síntomas de la ninfomanía
En sentido general, los síntomas más comunes de la ninfomanía son:
- Aumento desmedido del deseo sexual. La persona experimenta una necesidad incontrolable de mantener sexo, ya sea a través de las relaciones sexuales, la masturbación o el consumo de pornografía.
- Obsesiones sexuales. Se trata de pensamientos no deseados que provocan un malestar significativo o fantasías sexuales que aparecen reiteradamente y le impiden a la persona concentrarse en otras actividades.
- La ninfómana no solo piensa en el sexo sino que experimenta una pulsión difícil de dominar que la impulsa a la búsqueda constante de relaciones sexuales, que suelen terminar en conductas de riesgo.
- Insatisfacción sexual permanente. Aunque la mujer mantiene relaciones sexuales que podrían calificarse como satisfactorias, no encuentra en ellas la satisfacción sexual o emocional que buscaba, lo cual perpetúa el círculo vicioso de la ninfomanía.
- Excitación sexual persistente. Las propias obsesiones sexuales hacen que estímulos que no tienen ninguna connotación sexual, sean excitantes para la mujer.
- Vergüenza y sensación de inadecuación. Estos sentimientos suelen estar provocados por la incapacidad para controlar los deseos. Como resultado, después del acto sexual, la mujer suele avergonzarse o arrepentirse.
Las causas de la hipersexualidad femenina
Al igual que la mayoría de los trastornos psicológicos, las causas de la ninfomanía están determinadas por una multiplicidad de factores.
Al tener varios puntos en común con el trastorno obsesivo-compulsivo, no se descarta que pueda existir en su base un componente biológico, dado por un desequilibrio en los neurotransmisores.
Las mujeres de menos de 30 años, con una historia familiar o personal matizada por la existencia de trastornos mentales y que hayan vivido experiencias de vida traumáticas, son más propensas a desarrollar la ninfomanía.
De hecho, a lo largo de la historia la ninfomanía se ha relacionado con estados maníacos y la presencia de daños a nivel cerebral. En algunas investigaciones también se ha podido apreciar que el 90% de los casos de orgasmos espontáneos están provocados por una actividad epiléptica en el lóbulo temporal, un área que, junto al lóbulo frontal, desempeña un papel fundamental en la regulación de la libido. Desde esta perspectiva, se hipotetiza que la ninfomanía sería una ruptura del equilibrio cerebral entre la excitación y la inhibición sexual.
Sin embargo, los aspectos biológicos no son sino un factor predisponente. A menudo la ninfomanía está vinculada a situaciones estresantes, que son las que realmente desencadenan esa obsesión por el sexo. Una situación vital que haya sido vivida de forma traumática puede dejar profundas huellas emocionales y la mujer puede pretender curarlas recurriendo al sexo. A veces estos traumas tienen su origen en un abuso sexual sufrido en el pasado.
En muchos casos, detrás de la ninfomanía se esconde la pérdida de la pareja o una ruptura amorosa particularmente dolorosa. Entonces la mujer intenta suplir la falta de afecto a través de las relaciones sexuales, busca en la masturbación o en el sexo lo que no encuentra en el terreno afectivo. Sin embargo, estas experiencias normalmente no suelen satisfacerla, por lo que termina sumida en un círculo vicioso que la conduce a la adicción al sexo.
En otras ocasiones, la mujer busca el sexo como forma de reconocimiento, para ella el hecho de sentirse deseada es una manera de sentirse valorada, una manera de tapar un vacío emocional y la falta de autoestima.
Un estudio realizado recientemente por investigadores de la Johannes Gutenberg-University Mainz también ha sugerido que el aumento de los casos de ninfomanía que se ha producido en los últimos años puede estar relacionado con lo que se conoce como la “new porn culture”, un fenómeno que se ha generalizado entre las nuevas generaciones. Estos psicólogos encuestaron a casi 1.000 mujeres y hallaron que a más consumo de pornografía, mayores probabilidades de desarrollar comportamientos típicos de la hipersexualidad.
Las consecuencias de la adicción al sexo en mujeres
- Dificultades para concentrarse. Los problemas para concentrarse suelen aparecer como resultado de la monopolización de la mente por parte de la sexualidad. A la persona que sufre una obsesión le resulta difícil dirigir su atención hacia temas ajenos a esta, en este caso, la sexualidad.
- Problemas en las relaciones interpersonales. A menudo, el estilo de vida que siguen las ninfómanas no es aprobado por sus amigos o familiares, lo cual suele provocar discusiones y un distanciamiento que termina recluyendo a la mujer de su entorno social.
- Comportamientos sexuales de riesgo. La ninfomanía, en tanto adicción sexual, puede hacer que la mujer tenga sexo desprotegido, lo cual, unido a la promiscuidad, aumenta considerablemente el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual como el sida (VIH) o el HPV.
- Síntomas depresivos. En muchos casos, la ninfomanía está asociada a trastornos del estado de ánimo, fundamentalmente la depresión ya que la soledad, el aislamiento social y la falta de sentido de la vida se convierten en problemas que el sexo no logra ocultar.
- Incapacidad para realizar normalmente otras actividades. El hecho de que la mujer necesite dedicarle cada vez más tiempo al sexo, hace que descuide otras actividades, como el trabajo. Por eso, no es extraño que termine perdiéndolo.
Ninfomanía masculina: la ninfomanía en hombres
El equivalente al problema de ninfomanía en hombres es la satiriasis. En el caso de la ninfomanía masculina, el hombre sufre una obsesión por mantener relaciones sexuales. La adicción al sexo en hombres es más frecuente que en mujeres.
El tratamiento de la ninfomanía en mujeres
En algunos casos el tratamiento para la ninfomanía demanda el uso de medicación, generalmente se suele recurrir a los antidepresivos o ansiolíticos. De hecho, el uso de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ha mostrado una gran eficacia en los casos más graves.
En La clínica Pérez Vieco de Sexología y Psicología, abordamos el tratamiento desde una perspectiva integradora y multidisciplinar por lo que, si necesitas una ayuda adicional durante las primeras fases del tratamiento, contamos con la colaboración de psicólogos y psicólogas, sexólogos y sexólogas, médicos psiquiatras, ginecólogos, urólogos, fisioterapeutas…
No obstante, el tratamiento psicológico es fundamental para superar la ninfomanía. De hecho, la terapia cognitiva conductual es muy útil para cambiar las creencias irracionales que se encuentran en su base.